Así que te propongo algo. Levántate de la cama, sécate las lágrimas y ponte
guapa. Píntate los labios de rojo, porque vas a comerte el mundo y quieres
dejar huella. Los tacones más altos que tengas, no para tocar el cielo con la
punta de los dedos, si no para sentir que pisas firme. Ahora, mírate al espejo,
y sonríe. ¿Qué ves? Ves a esa chica fuerte que sí, que han podido ver caer,
pero que siempre va a volver a levantarse (y con más fuerza). Esa chica que
puede con todo lo que le echen encima. Esa chica que si la vida quiere tumbarla
tendrá que volverse MUCHO MÁS HIJA DE PUTA. Dicen, que hay que creer, ¿no? Pues
ahora que te has visto, es hora de que empieces, a creer en ti.
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